Estas impresionantes cabañas de San Simón están hechas de piedra volcánica - Revista web Men Life

Con un total de cinco estructuras individuales, las Cabañas San Simón en Valle de Bravo, México, fueron ideadas por Weber Arqitectos. Usando piedra volcánica gris, los edificios se ubican en el sitio boscoso, mezclándose casi a la perfección a pesar de su arquitectura moderna, una decisión intencional que estaba destinada a ayudar a preservar la belleza del sitio.

"En lugar de una gran huella conjunta que requirió la tala de varios árboles", explica el estudio, "las diferentes cabañas se mueven entre los espacios que existen naturalmente entre los árboles, integrándolos también en la arquitectura en ocasiones". El complejo incluye casas de huéspedes, un albergue principal y un edificio recreativo que totaliza 5.000 metros cuadrados. La cabaña principal, así como la cabaña social, tienen un diseño rectangular y están revestidas con piedra volcánica.

Las cabañas de invitados tienen un techo inclinado y se levantan del suelo mediante un zócalo que utiliza bloques rectangulares de la misma piedra volcánica. Las ventanas son prolíficas y vienen en varios tamaños y están cubiertas por pantallas de celosía de madera. Dos de las cabañas constan de un dormitorio individual y un baño. La tercera cabina tiene dos dormitorios situados a ambos lados de un baño compartido. Las cabañas también cuentan con una terraza cubierta y están conectadas por marquesinas. Los árboles que ocupaban el espacio se dejaron intactos, por lo que fue necesario construir agujeros para los troncos.

Materiales similares a los encontrados en el exterior y en el exterior también se utilizaron para terminar el interior. “La paleta cromática en general es muy sobria y contundente: grises tanto en fachadas como en interiores, así como sanitarios y luminarias negras”, explica el estudio. Las cabañas ofrecen una cocina completa, así como un área de salón y comedor con vista al nivel inferior, que alberga una sala de juegos completa con una mesa de billar, una mesa de póquer y un bar. Está claro que los constructores pensaron mucho en crear un lugar acogedor, cómodo y atractivo para vivir que no dañara la belleza natural que ya existe.

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